Nuevos avances en infertilidad ¿Podrán crearse óvulos a partir de células de la piel?

La infertilidad severa tiene un límite biológico que la ciencia aún no ha logrado superar ya que cuando la mujer no tiene óvulos, no existe forma de recuperarlos o crearlos.

Los óvulos humanos comienzan su desarrollo antes de nacer y necesitan más de 12 años para madurar. Una vez agotados, por edad, enfermedad genética, tratamientos oncológicos o fallo ovárico prematuro, la única alternativa actual es recurrir a la donación.

Pero un nuevo estudio publicado en Nature Communications (2025) sugiere que este límite podría no ser tan definitivo como pensábamos. El equipo del Oregon Health & Science University ha logrado algo que hasta ahora se consideraba casi imposible, forzar a una célula de la piel humana a dividirse como si fuera un óvulo, reduciendo su carga genética a la mitad.
Un proceso que los autores han bautizado como “mitomeiosis”.

Aunque todavía es un proof of concept, abre una vía completamente nueva en la investigación reproductiva.

Qué se consiguió

Primero hay que entender la relevancia del experimento y para ello, tenemos que recordar que:

  • Las células somáticas (como las de la piel) tienen 46 cromosomas.

  • Un óvulo auténtico solo tiene 23, tras un complejo proceso llamado meiosis.

  • Replicar la meiosis en un laboratorio humano es uno de los desafíos más difíciles de la biología.

Hasta ahora, las técnicas de reprogramación (incluida la transferencia nuclear usada en Dolly) no podían generar óvulos funcionales con lo que terminaban con carga genética duplicada, esto hacía imposible una fecundación segura.

Por ello, el objetivo del experimento no fue crear óvulos funcionales, sino comprobar si el citoplasma de un óvulo humano podía redirigir el ADN de una célula adulta hacia un estado germinal más primitivo.

Y, en parte, lo logró porque muchos de los óvulos manipulados consiguieron expulsar la mitad de los cromosomas del núcleo reprogramado, imitando un paso clave de la meiosis. Algunos pseudoóvulos incluso lograron combinarse con esperma y alcanzar el estadio de blastocisto.

Este comportamiento híbrido, ni mitosis tradicional ni meiosis completa, es lo que los autores han denominado “mitomeiosis”.

No obstante, la precisión de esa reducción fue muy variable.

Qué es la mitomeiosis

El equipo responsable del estudio utilizó el término mitomeiosis para describir un fenómeno que no encaja del todo ni en la mitosis (la división típica de las células del cuerpo) ni en la meiosis (la división especializada que da lugar a óvulos y espermatozoides).

En condiciones normales:

  • La mitosis duplica y reparte los 46 cromosomas en dos células hijas idénticas.

  • La meiosis reduce esa carga a 23 cromosomas, creando células germinales aptas para la reproducción.

Lo que observaron en este experimento es un híbrido porque el ADN procedía de una célula somática pero, al introducirlo en el citoplasma del óvulo, la célula inició un programa de reducción cromosómica, sin seguir todas las reglas propias de la meiosis. Es decir, la célula actuó “como si” entrara en meiosis, pero sin cumplir el proceso completo (Hubo expulsión de cromosomas, pero no recombinación; hubo reducción, pero no siempre ordenada; hubo división, pero con características intermedias).

Por eso los investigadores la denominaron mitomeiosis, una división reduccional inducida artificialmente en un contexto donde la meiosis natural no ocurre.

Cómo se realizó el experimento

El procedimiento requirió técnicas de micromanipulación ovocitaria, que permiten extraer e insertar núcleos sin dañar el citoplasma. Los investigadores utilizaron óvulos humanos en metafase II, un punto en el que el huso meiótico está activo y preparado para dividir los cromosomas.

Tras retirar el núcleo original del ovocito, se insertó un núcleo de célula de la piel y se activó el óvulo mediante ionóforos de calcio y un pulso eléctrico, una señal que imita el inicio de la fecundación.

La validación incluyó:

  • Análisis de ploidía para medir cuántos cromosomas quedaban en el pseudoóvulo,

  • Seguimiento de la formación del corpúsculo polar,

  • Evaluación del huso meiótico,

  • Y genotipado de blastocistos tempranos cuando se produjo fecundación.

Un número moderado de ovocitos consiguió completar una reducción cromosómica parcial. Otros presentaron mosaicismos o segregación anómala, algo esperable en una técnica tan incipiente.

Qué significa este avance

El hallazgo demuestra que el citoplasma del óvulo humano conserva instrucciones suficientes para forzar una división reductiva incluso cuando el ADN procede de una célula somática adulta. Esto era puramente teórico hasta ahora.

No implica que se hayan creado óvulos aptos para la reproducción, ni que la técnica esté cerca de aplicaciones clínicas. La reducción obtenida no logró recombinación, un paso indispensable para la viabilidad de un gameto, y la exactitud en la segregación fue limitada.

Aun así, es un resultado excepcional, por primera vez se observa que una célula adulta puede iniciar, en el entorno adecuado, un programa de división propio de un gameto

Si esta vía se perfeccionara algún día, podría abrir opciones inéditas para mujeres sin óvulos por causas genéticas, oncológicas o por insuficiencia ovárica severa. No sustituirá a las técnicas actuales a corto plazo, pero sí redefine el marco en el que pensamos la reproducción humana.

Y, quizá más importante aún, mejora nuestro conocimiento sobre los mecanismos que gobiernan la meiosis, un proceso esencial para la fertilidad que todavía no comprendemos por completo.


Referencias

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